Te deseo que el 2021 sea un año muy especial y que lo vivas con profundidad y amor, valorando lo que es esencial. Depende de ti vivirlo con felicidad. Hace días que oigo decir que el año 2021 tiene que ser «mejor» que el 2020. Me da pena por el pobre 2020, criticado por todos. Y me pregunto qué es mejor y qué es peor.
Es cierto que en el 2020 hemos visto cosas que, los que vivimos ahora, nunca habíamos visto: hospitales llenos, una enfermedad desconocida, y medidas drásticas que amenazan la economía. No me alegro por ello, pero tampoco me alarmo. Otras generaciones han vivido hechos terribles: pestes, hambrunas, guerras de 100 años, exterminios étnicos, bombas atómicas, desastres naturales… Ni mejores, ni peores.
En el 2020, hemos vivido semanas confinados en casa, y luego meses confinados en nuestros municipios y comarcas. Muchas empresas han cerrado, muchas personas se han quedado sin trabajo o han perdido gran parte de sus ingresos, muchas personas han perdido a sus seres queridos sin poder acompañarlos como merecían. Hemos reducido el contacto físico con las personas que nos rodean y las relaciones sociales han pasado a ser el bien más preciado. Cada uno ha tenido que decidir con qué círculo reducido de personas sigue compartiendo el espacio y el tiempo. Con todo, no hay ninguna certeza de que superaremos este reto sanitario, económico y psicológico rápidamente. No sé si será en el 2021 o en qué año.
Confío que la humanidad va a seguir adelante unos cuantos siglos más y que dentro de 300 o 400 años se recordará nuestra situación actual, como ahora recordamos las pestes del siglo XVII. Desde nuestra pequeña parcela humana de tiempo y espacio, vamos a pasar esta tormenta, como tantas otras, sin controlar en qué parte de la ola nos toca estar. Ojalá tú y yo salgamos a flote.
Para tu 2021, te deseo entereza, calma, acierto en tus decisiones, valentía para los retos que se te presenten y que sientas un amor profundo hacia ti y hacia todos los seres humanos que navegamos en este barco. En especial, te deseo mucho amor a las personas que son tu círculo íntimo: aquellas que llegasteis a la vida en la misma rama del árbol de las familias, y aquellas otras almas que son tus compañeras de viaje. Con amor, el resto nos va a importar poco.
